CAUSAS PARA NO CREER EN LOS POLÍTICOS DE SIEMPRE

Columna Ciudadana

Que lamentable es escuchar a la gente cada vez que se avecinan nuevas elecciones decir: “votaré por el menos peor”. Es lamentable pero muchas veces tiene su gran dosis de verdad.

El descrédito, la crisis de representación y el avance de la corrupción ha dejado a la ciudadanía prácticamente sin opciones en una época donde parece que, en México, la democracia da patadas de ahogado.  Donde el sistema político ha perdido vigencia y hoy es anacrónico.

Voy a enumerar una serie de causas por las que considero que no se debe creer en las promesas de los políticos de siempre:

-La ciudadanía en general no se siente realmente representada por ningún partido ya que estos han demostrado siempre luchar solamente por sus intereses.

-Los políticos tradicionales han demostrado ser unos auténticos mitómanos, maestros del engaño, la simulación y la hipocresía, mentirán las veces que sea necesario para conseguir su objetivo. Incluso muchos nos mienten hasta en su apariencia.

-Cada vez las despensas, los garrafones de agua, las tortillas y las tarjetas rosas juegan un papel muy importante para convencer a los electores. No me queda duda, que hasta eso existe una férrea competencia entre los candidatos.

-Sus promesas a pesar que son muchas veces imposibles de cumplir las lanzan para pescar incautos, no las cumplen y en tres años vuelven a salir a la calle a pedir el voto de forma por demás cínica.

-Un punto elemental, es que estos políticos no tienen claro para quien trabajan y ante la pasividad de la ciudadanía que no toma su rol de mandantes, esta horda aprovecha la ocasión para no rendir cuentas a sus patrones que somos quienes pagan sus sueldos.

-Su doble discurso de campaña viaja para todos lados, promulgan austeridad, transparencia y castigo a los culpables de la corrupción. Todo queda en simulación como grandes magos del engaño.

-Salen a las calles cada tres años, cada vez que quieren brincar a otro hueso. Bueno, incluso hasta al camión urbano se suben.

Las causas para no volver a creer más en los políticos de siempre son interminables y cada quién puede sumar una más a esta pequeña lista.  Pero también existe una nueva opción, que es darle la oportunidad a los verdaderos candidatos independientes, esos realmente auténticos y no los abortados de los partidos políticos que están contaminados hasta la medula de los peores vicios aprendidos durante ante años.

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