Columna Invitada

La compulsión tuitera de Vicente Fox
crece conforme su odio a “López” alcanza niveles cada día más enfermos. La
jornada en redes sociales comenzó para el expresidente la tarde del 30 de noviembre
cuando convocó: “Nos vemos mañana… La gran marcha por La Paz y la
tranquilidad!!! En contra del engaño y la simulación!!!”.
En los asuntos humanos el tono lo es prácticamente todo: llamar a la paz y la
tranquilidad escupiendo espuma es contradictorio. Minutos después reforzó el
plañido: “Los del Ángel somos libres no acarreados! … No más dictadura perfecta
y simulación Democrática”.
¿Quién se cree este sujeto para distinguir entre libres y acarreados? ¿Cómo se
atreve este político en retiro a calificar de dictadura y simulación un régimen
que cuenta con una amplia aprobación popular y, a la vez, fue electo mediante
las reglas de la Constitución?
Después de la marcha liderada por los argumentos estridentes de Fox, ese señor
continuó con su bravata: “Cada vez somos más. En el Ángel, Libres no
Acarreados. En el Zócalo, sumisos, agachados, acarreados… Avanzamos al 2021…
poniendo el freno al Caballo Loco!!!”.
La arrogancia fue la peor consejera de ese expresidente mientras gobernó: un
político que le quedó todo a deber al país, por su falta de visión, por su
carencia de compromiso con el cambio, por su frivolidad y también porque desde
entonces dio la espalda a las personas que hoy desprecia con adjetivos
propensos a la discriminación.
Fox fue sumiso con los poderes económicos, agachado a la hora de reformar al
Estado y acarreado por los consejos de Martha Sahagún. Lo que él llama avanzar
es en realidad un retroceso.
“¡Vamos México!”, tuiteó también, solo para recordarnos que él permitió a su
mujer gobernar este país desde una fundación financiada por poderes fácticos
adversos a la democracia. “Pan y Circo”, continuó después, con el propósito
inconsciente de imponerle un adjetivo al partido que lo llevó al poder. “Que
equivocación esa elección. Y el precio que pagamos todos los Mexicanos”,
reiteró.
No precisó el guanajuatense si con esta frase se refirió a la elección del año
2000 o a la de 2018; en cualquier caso, de la primera elección hay evidencia
abundante del fracaso, mientras que de la segunda todavía es temprano para
ponerse a descalificar ladrando.
“López para celebrar tu cumpleaños e informe: Para cuando nos vas a cumplir???
Ya te tomaron la medida!! Eres el hazmerreír del mundo entero”.
Este tuit no tiene desperdicio: 1) el clasismo típico de Fox que se ufana en
llamar “López” al Presidente como si se tratara de un peón de su rancho; 2) no
aclara quién le tomó la medida al Presidente, ¿un señor a quien siempre le ha
preocupado la medida de sus botas y sus corbatas? y; 3) se proyecta grande cuando
Fox es el hazmerreír por maltratar una investidura que, como expresidente,
estaba obligado a respetar.
Tres horas después de su marcha, y aún con los dedos calientes para seguirle al
pleito, este sujeto volvió a afirmar: “López, preferimos la patria que tenemos.
Lo que nos ofreces no vale un cacahuate. Párale ya deja de seguir destruyendo”.
Si fuese cierto que la mayoría prefería la patria que antes teníamos, ¿por qué
8 de cada 10 mexicanos votaron a favor de un cambio radical en julio de 2018?
Respecto a lo del cacahuate es inevitable pensar en Cri-Cri y en aquel rey a
quien, en vez de pelo, le brotaba pura miel. Me temo que mi cabeza relaciona a
Fox con ese ridículo personaje, solo que a este otro, en vez de miel, le brota
hiel.
Hacia las 6:30 de la tarde, el antiguo rey despotricó de nuevo: “Ya veremos
López. No es tu país. México es de los mexicanos. Deja tu soberbia y tu
egocentrismo de lado”. Espejito, espejito, le dijo uno al otro.
ZOOM: La marcha anti-AMLO del día de ayer extravió seriedad y también
credibilidad porque reunió a personajes muy disímbolos, cuyo miedo principal es
que el torbellino de la irrelevancia los borre de la plaza pública. El problema
es que, entre ellos, el más payaso se escuchó más fuerte y ese, el día de ayer,
fue sin duda Vicente Fox Quesada, un bufón con nariz de cacahuate y hartísima
hiel.